Ya conocemos el sesgo del diario El País, que desde nacimiento ha forjado razones para desmembrar a la Iglesia católica. Aún así hay artículos que dan que pensar a posibles lectores…

Éste extracto que ofrecemos habla de que no importa cómo te guste pasártelo bien (que normalmente es súper-muchísimo) puede ser que haya cosas importantes esperando a que te serenes y te des cuenta de cuánto vales.

Encontrarás todas las razones.

«¿Borrachina?, ¿Marchosa?… tal vez seas la monja perfecta»

La web de unas dominicas busca vocaciones porque «Santa María Magdalena fue una cachonda como tú»

CHEMA LIZARRALDE / ELPAIS.es – Madrid

ELPAIS.es – 15-03-2006

Sor Ana Isabel, Sor Gemma y Sor Conchi, dominicas de la Presentación y artífices de la web ‘mivocacion.com’.

Los caminos del Señor son inescrutables, y si no que se lo digan a las Dominicas de la Presentación de Barcelona. La falta de vocaciones lleva a más de una congregación a actualizar, sino su doctrina, sí su mensaje de introducción. Por ejemplo: «Santa María Magdalena también fue una cachonda como tú». Así lo afirman estas dominicas en su página web, todo un moderno ejemplo de «civilización» de las almas salvajes. Definitivamente inescrutables: ¡A Dios desde la juerga!
La página www.mivocacion.com, alimentada por estas dominicas, busca nuevas monjas. Y lo hace con humor y con un lenguaje actual, que para muchos católicos ortodoxos puede resultar hasta excesivo. ¿Se puede alentar una vocación religiosa del mismo modo que José Bono busca nuevos soldados para el moderno Ejército español?
«Yo monja…? ¡Ja! ¡Ja!», comienza diciendo la web, para a continuación preguntar a tres supuestos estereotipos: «¿Te gusta soñar?, Eres una romántica»; «¿Te va la marcha frenética?, Eres una vividora»; «¿Te gusta rezar y estar cerca de Dios?, Eres una piadosa».
«¿Ser ‘gigolá’ o ser monja?»
La aludida pincha entonces en la categoría con la que se siente identificada. Obviamente, llama la atención esa que alude a las «vividoras y marchosas». Lejos de achantarse las dominicas barcelonesas persisten en su osado lenguaje: «¿Te gustan los hombres, la disco y las pelas? ¿Te enamoras con facilidad?».
Las Dominicas de la Presentación entran entonces en detalle: «De entre todas las opciones que existen en la vida, toda joven debería plantearse además muy seriamente estas dos opciones: ¿ser gigolá o ser monja? Entregar tu cuerpo por dinero. Vida fácil y cómoda. ¿Crees que exageramos? Piensa que mucha gente actúa así, aunque de una manera mucho más hipócrita».
«Vividora real o encubierta»
Y continúa: «Si has decidido no ser una gigolá, una vividora real o encubierta, dedícate a encontrar y desarrollar tu verdadera vocación, lo que más te gusta, aquello para lo que de verdad vales. Y valora la opción de entregarte a ti misma: tu cuerpo y tu espíritu. Por amor. Al mundo. A los hombres. A Dios, que es lo mismo. Vida difícil, incómoda: como toda vida vivida al servicio de un ideal».
En un último intento por atraer el interés de las más díscolas, las monjas recuperan el lenguaje más directo en su corololario: «¿Borrachina?, ¿Marchosa? ¿Enamoradiza? Bien. Tal vez seas la monja perfecta».
«Una cachonda como tú»
¿Sorprendente? Las dominicas razonan y aportan ejemplos: «¿Conoces bien el mundo y la vida? Pues mejor podrás ayudar a los hombres y mujeres de este mundo. Y no serás la primera: Santa María Magdalena, sin ir más lejos, también fue una cachonda como tú».
Si las Dominicas de la Presentación están en lo cierto, la mala vida puede dar un master en recursos del alma.