Mujer, a través de tu trabajo, te manifiestas día a día con ese talento único por tu percepción y delicadeza, que hacen de cada día un nuevo horizonte, tu labor se agrega al esfuerzo del hombre que quiere manifestar su talento creador. Sin ti no seria posible edificar el camino al progreso ya la prosperidad, heredaste aquello que nadie más puede agregar, la sensibilidad y gracia de tu ser que da el toque mágico para que el trabajo diario tenga ese algo que hace el mañana mejor.

Como compañera eres aliento y fortaleza, tu suavidad y comprensión pueden dar sosiego a la desesperanza y frustración, contigo se puede compartir la felicidad y el orgullo, tú puedes comprender la lucha del idealista por alcanzar estrellas. Eres mujer caminante que sabes acompañar en las derrotas, y tu consuelo es bálsamo que restaña heridas para que al amanecer vuelva el soñador con un espíritu nuevo a intentar lo que siempre ha querido realizar, sabes acompañar en la soledad, compartir el triunfo y la alegría de vivir.

Mujer, es tu cuerpo taller de orfebre, pues Dios te dio la virtud de esculpir cuerpo y alma de un nuevo ser para continuar con su creación, que con tu ternura ayudas a vivir , tienes la virtud de sembrar valores en los corazones y eres forjadora del amor a través de tu capacidad de Madre de saber perdonar.

A través del tiempo la historia te has hecho compañera inseparable de la lucha social y de la verdad, eres esperanza para que reine la justicia y el amor creadora de naciones, se escribe tu nombre muchas veces en el anonimato, pero tu fragancia siempre estará grabada en la forja de un mundo superior.

Mujer, la belleza de tu ser amalgama en tu cuerpo y espíritu lo que solamente Dios pudo sembrar, para que el hombre con dignidad te pueda merecer.

Agradezco a Dios su bondad de concedernos lo mejor de su Creación, una mujer con misión.

Miguel Ángel Cornejo
Fuente: Enciclopedia de la Excelencia
Metáforas y pergaminos de la Excelencia
Tomo IV, pag. 1473