Pienso en Pipo, en Marcos, en Vicente, en tantos que han muerto en la carretera… Un despiste, quizá una llamada de móvil, o una cabezadita por el cansancio… todo ocurre en un segundo. Y luego, ¡zas! ya está. Dios cuenta con nosotros.

No sabemos cuáles son los planes de Dios: sólo que Él está contando continuamente con nosotros para impulsarlos.
Vino ya mayor al cole y de una familia cuidadosa con la formación humana, en Madrid. En El Prado, el chico se encontró con Dios de lleno y pasó a recibir los sacramentos y a practicar su fe. Sin estridencias, su corto paso por el Colegio -dos años- dejó en su vida lo que le faltaba: la fe. Murió hace muy poco en un accidente de coche, al salirse de la carretera y caer por el terraplén de la vía del tren. Iba bien y sereno; acababa de sacarse el carné.
Alguien, un amigo suyo, en el funeral comentó que unos días antes le había referido un problema y que éste le aconsejó confesarse, cosa que hizo durante el funeral.