Una anécdota muy conocida sobre el escritor español Ramón Gómez de la Serna (Madrid, 1888-Buenos Aires, 1963) cuenta su curiosa forma de trabajar.
Según parece en su mesa de trabajo tenía un cajón lleno de todo tipo de objetos. Cuando escribía, y de repente se le iba la inspiración cuentan que metía la mano en ese
cajón y tocaba todos los objetos hasta que éstos le «hablaban», y podía seguir escribiendo al volverle la inspiración.