Soy el puto amo

Nadie da lo que no tiene. Lo que hay de bueno, atrayente, en las cosas y en las personas, en Dios se da en un grado infinito.

No es bueno conformarse con unos billetes, cuando tenemos la posibilidad y estamos llamados a poseer la «Fabrica de la Moneda».

El corazón del hombre es de tal magnitud que sólo Dios puede llenarlo: «Nos hiciste, Señor para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti». (San Agustín).

No mates ni achiques el hambre de tu alma.

Sigue con una anécdota real…

La Fabrica de la moneda

Un joven – 18 años – que había decidido entregar a Dios su vida en el sacerdocio, va por la calle con un amigo suyo. En un momento se cruzan con una chica francamente guapa. El amigo, alhelado exclama:
-«¡Vaya tía! ¡Qué buena está!».
Y al ver que el otro no hacía ningún aspaviento, le pregunta:
-«Pero ¿qué té pasa, tío? ¿No te gustan las mujeres».
-«Me encantan. Pero Dios me gusta más».
¿No lo entiendes, verdad?».
-«No».
-«Ya me lo suponía».
Y es que sólo algunos pueden entender el celibato por el reino de los cielos…

Por Agustín Filgueiras