Cuidarse en un gimnasio es una parte importante de la caridad: para los demás (trabajo, familia, amigos) significa rendir más; lo mismo que para el trabajo; estando en forma uno se acepta mejor y es capaz de llegar a más; pero también está el otro extremo: vivir para la imagen, para que me admiren… lo que en ámbitos extensos se llama»metro sexual» (no sólo cuerpos duros, sino uñas, pelito, las cejas y, en general el cuerpo, depilado) se convierte en una parte de la «kultura» moderna. Adolescente, afeminado, ¿cómo llamarlo?

La imagen del adolescente (hasta los 45 años…) es imprescindible para ser aceptado por la manada: lo del pelo rebelde, que enseña los calzoncillos por encima de los jeans, la cuidada y carísima ropa cutre, el torso como una panocha y, si se puede, marcando paquete, como un torero de los de toda la vida… hoy necesitamos recordar que la belleza está dentro de nosotros y que es dentro donde debemos poner los esfuerzos, para llegar a ser personas con valores; y coherentes.

Lo demás sería juegos de mamíferos: asuntos de la manada. Véase el siguiente ejemplo (anécdota)…

Una manada rechaza a una elefanta «por fea»

La elefanta «Petita» se ve rechazada diariamente por los machos del parque Terra Natura de Benidrorm, e incluso en ocasiones por las hembras de su manada por no responder a «los cánones de belleza» de estos animales. Podría ser un cuento infantil, pero no es así. Con sólo 2.900 kilos de peso, los huesos de la mandíbula y la órbita craneal muy marcados y sus patas excesivamente largas, «Petita», de 34 años, pasa mucho tiempo sola y a veces incluso debe correr para evitar las agresiones de algunos machos, que la repudian.

Los machos de su manada optan por seleccionar a las hembras más sanas para relacionarse y procrear, como «Tania», «Yasmin» y «Motki», las más «guapas» de la manada al presentar una constitución fuerte, atlética y con carácter, según explicó el biólogo conservador de Terra Natura, Daniel Sánchez. Este prefiere no llamar «fea» a Petita, aunque reconoce que la elefanta es marginada por sus congéneres.

Su constitución -la media de peso de sus compañeras es de 4.000 kilos- genera rechazo por ser considerada «un ejemplar débil» entre sus congéneres, si bien a la vista del ojo humano nada la distingue de las otras 12 hembras que integran la manada de elefantes de Terra Natura, la más grande de esta especie en Europa.

Pero «Petita» no está sola. Su única amiga se llama Kaisoso, una elefanta procedente de Birmania que por esas cuestiones del destino y 25 años después coincidió en Terra Natura con dos elefantas amigas de su infancia, «La Grande» y «Momo». «Está comprobado que los elefantes mantienen comportamientos sociales complejos, y que poseen una gran memoria», dijo el biólogo para relatar que cuando estas tres últimas hembras se vieron de nuevo en el parque mostraron «signos evidentes de un efusivo y cálido reencuentro».


¿Para qué te puede servir esta anécdota?

  • Cuando tengas que hablar sobre el culto al cuerpo, un buen criterio es indicar que por educación está bien estar sano y en forma. Pero no llegar a extremos.
  • Si vas a tratar alguno de los siguientes temas: ADOLESCENTECARÁCTERCARIDADCUIDARSEFAMILIAINFANCIATIEMPOTRABAJOVIDA
  • Por último indicar que es una anécdota de la vida misma y muy de moda actualmente, el culto al cuerpo llega a enloquecer, tengamos cuidado.