Debemos procurar no herirnos por cualquier comentario. Eso haría nuestra presencia preocupante para algunas personas. Pero no deberíamos dar la impresión de ser sabihondos, relamidos; como se dice hoy: «ir de sobrados». Es conocida la percepción que tienen los ingleses de los americanos: gente prepotente y sobrada…
He aquí una anécdota histórica al respecto…

Fidel Castro y Richard Nixon

En 1959 se celebró un encuentro entre el entonces vicepresidente de los EEUU Richard Nixon y Fidel Castro. Tal y como se esperaba, el encuentro resultó ser un completo desastre.

Cuentan que justo antes de comenzar la reunión, mientras la delegación cubana estaba esperando, entró un funcionario americano declamando orgullosamente:

– Les presento a Mr. tal y cual, responsable de asuntos cubanos

A lo cual, Castro contestó
– ¡Y yo que pensaba que el responsable de los asuntos cubanos era yo!