La familia es cosa de todos.


Fallan muchas familias (matrimonios que se rompen) por muchos motivos, entre los que está el entender qué es el amor. Hay algo en lo que muchos están de acuerdo: la mujer, espina dorsal de la familia, se ha desmoronado. No es un echar la culpa (faltaría más…) sino un análisis de la situación.

El escaqueo, la falta de colaboración, el egoísmo no se arregla con un grito de desesperación de Mamá (que lo hace por que no tiene opciones: aunque no le guste, aunque reviente…). No es que Mamá esté loca: es que no puede más…

Se arregla quizás con el sacrificio del marido, que se esfuerza LO MISMO que la mujer.
Si no los hijos no aprenden de la madre, sino del padre.

Y las mujeres pueden ser abnegadas, pero no por eso son tontas.

He aquí un divertido ejemplo gráfico…

Basta de dejar la abnegación sólo a la mujer. Hay muchas tareas que deben ser compartidas por los dos.

Once personas se aferraban a una misma cuerda que colgaba de un helicóptero, diez hombres y una mujer. La cuerda no era suficientemente gruesa como para soportar el peso de todos, por lo que decidieron que una persona debía soltarse. De otro modo, todos caerían.

No lograban elegir quién sería esa persona, pero entonces la mujer,con voz firme, anunció que se ofrecía voluntariamente para soltarse de la cuerda. Después de todo, dijo, estaba acostumbrada a relegar sus intereses propios, ya que:

* Como madre siempre daba prioridad a los hijos
* Como esposa, anteponía los intereses de su marido a los propios
* Como hija se doblegaba ante su padre
* Como profesional permitía que sus jefes obtuvieran el crédito por sus logros
* Como mujer, dijo alzando la mirada hacia el infinito y poniéndose una mano sobre el corazón, su misión en la vida era sacrificarse por los demás, sin esperar nada a cambio!

Eufóricos de emoción y orgullo, los hombres rompieron en aplausos….. y se cayeron.

Es esta historia de una mujer INTELIGENTE, para que tengas un buen motivo para sonreír hoy…. También se lo puedes enviar a un hombre y si no lo entiende, se lo explicas (con picardía, como tú sabes) más tarde…

Moraleja para los hombres: «Nunca se confíen de la abnegación de la mujer; es noble pero no idiota»