No todo es relativo, no todo «depende»

La verdad no depende de ti ni de mí. La verdad no depende: la verdad es lo que es. Lo que depende es que seas capaz de llegar a ella, de entenderla. Es fanático el que inculca a los demás (como dogma) que la verdad no existe, y se queda tan pancho.

Pero necesitamos saber: que la verdad existe en cada cosa, en cada suceso; y que tenemos obligación de encontrarla.

Continúa con un cuento que enseña la percepción parcial de la verdad…

LA VERDAD, Los ciegos y el elefante
Oh, monjes. Existía antaño un rey llamado Rostro de Espejo.
Reunió un día a unos ciegos de nacimiento y les dijo:
—Oh, ciegos de nacimiento, ¿conocéis a los elefantes?
Respondieron:
—Oh, gran rey, no los conocemos. No tenemos ninguna noción de ellos.
E1 rey les dijo entonces:
—¿Deseáis conocer su forma?
Ordenó entonces el rey a sus servidores que trajeran un elefante, y a los ciegos que tocaran el animal con sus propias manos. Entre éstos, algunos cogieron la trompa al palpar al animal y les dijo el rey:
—Eso es el elefante.
Los demás, al palpar al elefante, tocaron unos la oreja, otros los colmillos, otros la cabeza, otros el lomo, otros un costado, otros un muslo, otros la pata anterior, otros la huella de las pisadas, otros la cola. A todos les decía el rey:
—Esto es el elefante.
Entonces el rey Rostro de Espejo hizo que retiraran al elefante y preguntó a los ciegos:
—¿De qué naturaleza es el elefante?
Los ciegos que habían tocado la trompa dijeron:
—E1 elefante es semejante a una gran serpiente.
Los que habían tocado la oreja dijeron:
—E1 elefante es semejante a un abanico.
Los que habían tocado un colmillo dijeron:
—E1 elefante es semejante a una lanza.
Los que habían tocado la cabeza dijeron;
—E1 elefante es semejante a un, caldero.
Los que habían tocado el costado dijeron:
—E1 elefante es semejante a una pared.
Los que habían tocado un muslo dijeron:
—E1 elefante es semejante a un árbol.
Los que habían tocado la pata anterior dijeron:
—E1 elefante es semejante a una columna.
Los que habían tocado la huella de las pisadas dijeron:
—E1 elefante es semejante a un mortero.
Los que habían tocado la cola dijeron:
—E1 elefante es semejante a una cuerda o una maroma.
Se acusaron todos unos a otros de estar equivocados. Unos decían:
—Es así.
Los demás decían:
—No es así.
En lugar de aplacarse, la discusión se convirtió en una querella.
Cuando vio esto el rey, no podo menos de reírse, y luego pronunció esta sentencia:
—Los ciegos aquí reunidos discuten y se pelean. E1 cuerpo del elefante es
naturalmente único. Son las distintas percepciones las que han provocado estos errores divergentes.
Dirgiluaguma, Lokapraynaptisutra