AUSTERIDAD VOLUNTARIA O SACRIFICIO ELEGIDO
De hecho, escandaliza cualquier tipo de austeridad voluntaria sea por razones de amor a Dios (cristiana) o no.

                                                                                  A una persona que intenta ahorrar en los gastos, que no cambia frecuentemente de coche, que   no   se   da   el   lujo   de   satisfacer todos sus 
caprichos se ve como agarrada y tacaña.

Una anécdota de cómo algunos se las apañan para vivir pobres, a pesar de las circunstancias y de la opinión de otros…

Los multimillonarios más tacaños (II): Ingvar Kamprad, fundador de Ikea
11 Julio, 2007

Si algo no se le puede negar a Ingvar Kamprad es su genialidad empresarial: ha creado al mayor minorista de muebles del planeta. Ikea tiene presencia en 32 países, cuenta con 202 tiendas, más de 75.000 empleados y factura anualmente casi 14.000 millones de euros. Eso sí, sus propios amigos no tienen problema en definir al empresario -que ya no gestiona la compañía tras ceder el poder a sus hijos en 2002- como un auténtico “tacaño”.

El multimillonario, que ha ocupado la cuarta posición entre los hombres más ricos del mundo que elabora la revista Forbes, no tiene problema alguno en admitirlo: “Dicen que soy un tacaño, pero estoy muy orgulloso de seguir las reglas del grupo”, en alusión a la filosofía de austeridad que impregna a su compañía, llegando hasta el punto de animar a sus empleados a aplicar su política de ‘lujo cero’. De hecho, ha llegado a pedirles que no desperdicien papel y usen ambos lados del mismo siempre que escriban.

Paradójicamente, al igual que J. Paul Getty, es todo un filántropo: la fundación de Ikea es, técnicamente y según The Economist, la más rica del mundo -incluso por encima de la de Bill y Melinda Gates-

Con todo, cabe hacerse la pregunta de dónde empieza la delgada línea que separa lo que es frugalidad de ser, puramente, un ‘agarrado’. En el caso de Kamprad, no se trata sólo de que viaje siempre en turista o se aloje en hoteles baratos -una muestra de austeridad encomiable-, sino que llega al punto de que cuando consume una botella de agua en el mini-bar de su habitación, se preocupa en reponerla… por una más barata que compra fuera del hotel. Más aún, cuando le preguntan cómo es posible que aún siga utilizando un viejo Volvo para sus desplazamientos, el empresario responde que su automóvil “es casi nuevo, sólo tiene 15 años, o por ahí”.

En fin, todo un carácter que ha sido visto en muchas ocasiones comiendo en la cafetería de Ikea por el bajo precio de sus menús, que negocia el precio de sus desplazamientos utilizando su tarjeta de la tercera edad, que ha usado para trabajar durante 30 años el mismo escritorio y la misma silla y que compra el papel de envolver con motivos navideños y los regalos de Navidad… en las rebajas de enero ¿Tacaño? ¿él?…

Comentario extraído de aquí…