Por qué entra la depresión en el trabajo: la naturalidad de vivir de acuerdo con la mente del Creador.

Hay muchos que ponen todo de su parte por adaptarse a un estilo de vida que no es el suyo. El resultado es un estado de angustia, de zozobra que puede llevar a la depresión: no están en su sitio. Es el caso de los que comerciales que trabajan como administrativos, de los administrativos que trabajan como comerciales, de los que nunca debieron tomar la tiza o de los que nunca debieron dejarla; de los que nunca debieron ser curas o nunca debieron dejarlo, de los que nunca debieron casarse o de los que nunca debieron divorciarse o separarse… y así tantos casos.

Cada uno tiene un molde, un nido, una postura al dormir, un estilo propio que debe encontrar y adoptar. Eso es lo que le hará feliz: no será el parecerse a nadie, el leer cómo se hace en una revista, sino el ser él o ella mismo.

Continúa con un conocido cuento que propone un paralelismo entre rechazo, encontrar tu sitio y la alegría de actuar de acuerdo con tu vocación.

EL PATITO FEO

Como en cada verano , a la Señora Pata le dio por empollar y todas sus amigas del corral estaban deseosas de ver a sus patitos, que siempre eran los mas guapos de todos.

Llegó el día en que los patitos comenzaron a abrir los huevos poco a poco y todos se juntaron ante el nido para verles por primera vez.

Uno a uno fueron saliendo hasta seis preciosos patitos , cada uno acompañado por los gritos de alegría de la Señora Pata y de sus amigas. Tan contentas estaban que tardaron un poco en darse cuenta de que un huevo , el más grande de los siete , aún no se había abierto. Todos concentraron su atención en el huevo que permanecía intacto , también los patitos recién nacidos, esperando ver algún signo de movimiento. Al poco, el huevo comenzó a romperse y de el salió un sonriente patito , más grande que sus hermanos , pero ¡oh , sorpresa! , muchísimo más feo y desgarbado que los otros seis… La Señora Pata se moría de vergüenza por haber tenido un patito tan feo y le apartó de ella con el ala mientras prestaba atención a los otros seis. El patito se quedó tristísimo porque se empezó a dar cuenta de que allí no le querían… Pasaron los días y su aspecto no mejoraba , al contrario , empeoraba , pues crecía muy rápido y era flaco y desgarbado, además de bastante torpe el pobre… Sus hermanos le jugaban pesadas bromas y se reían constantemente de él llamándole feo y torpe.

El patito decidió que debía buscar un lugar donde pudiese encontrar amigos que de verdad le quisieran a pesar de su desastroso aspecto y una mañana muy temprano , antes de que se levantase el granjero, huyó por un agujero del cercado.

Así llegó a otra granja , donde una anciana le recogió y el patito feo creyó que había encontrado un sitio donde por fin le querrían y cuidarían , pero se equivocó también , porque la vieja era mala y solo quería que el pobre patito le sirviera de primer plato. Y también se fue de allí corriendo.

Llegó el invierno y el patito feo casi se muere de hambre pues tuvo que buscar comida entre el hielo y la nieve y tuvo que huir de cazadores que querían dispararle.

Al fin llegó la primavera y el patito pasó por un estanque donde encontró las aves más bellas que jamás había visto hasta entonces. Eran elegantes , gráciles y se movían con tanta distinción que se sintió totalmente acomplejado porque él era muy torpe. De todas formas, como no tenía nada que perder se acercó a ellas y les preguntó si podía bañarse también.

Los cisnes, pues eran cisnes las aves que el patito vio en el estanque, le respondieron:

– ¡Claro que sí, eres uno de los nuestros!

A lo que el patito respondió:

-¡No os burléis de mí!. Ya sé que soy feo y flaco , pero no deberíais reír por eso…

– Mira tu reflejo en el estanque -le dijeron ellos- y verás como no te mentimos.

El patito se introdujo incrédulo en el agua transparente y lo que vio le dejó maravillado.

¡Durante el largo invierno se había transformado en un precioso cisne!. Aquel patito feo y desgarbado era ahora el cisne más blanco y elegante de todos cuantos había en el estanque.

Así fue como el patito feo se unió a los suyos y vivió feliz para siempre.