Los peces, por extraño que parezca, se convierten en pescadores.

MILAGRO DE LOS PECES

Cuenta la tradición que en el s. XIV, en Alboraya (Valencia) vivía en la huerta un judío converso llamado Masamarda, el cual, se encontraba muy enfermo y sus familiares llamaron al sacerdote del pueblo para que le asistiera en los últimos momentos, y el sacerdote, partió con su mula para atenderle, pasando por el Barranco del Carraixet, que por momentos crecía debido a las lluvias torrenciales que se habían tenido. Cuando el sacerdote estaba cruzando el barranco, fue derribado, por las aguas, de su montura y las formas fueron a parar al agua.

Al día siguiente unos pescadores, que estaban faenando en el mar, vieron en la orilla a tres grandes peces, que llevaban en su boca las formas que el día anterior habían caído al agua. Fueron enseguida a contarlo al sacerdote quien con la arquilla, seguido de un buen número de feligreses, partieron hacia la playa para recoger las formas consagradas que llevaban los peces, celebrando una Misa de acción de gracias allí mismo.

Posteriormente se erigió una ermita en recuerdo de este milagro y todos los años se celebra, desde entonces hasta nuestros días, la festividad del Milagro de Los Peces el lunes siguiente a Pentecostés.