Se cuenta que en el lejano oriente en un poblado del interior vivía un viejo maestro, cuando un buen día un vecino, fue corriendo al maestro a pedirle ayuda porque se le había perdido una oveja, entonces el maestro convocó a todos los vecinos, para que salieran en busca de la oveja perdida.
Uno de sus discípulos se sorprendió que todos los vecinos salieran en busca de la oveja perdida y le pregunto:
– ¿Para qué se necesitan tantos hombres para encontrar una oveja?.
A lo que el maestro le respondió:
– Son muchos los senderos que puede haber seguido…
Al cabo del tiempo regresaron todos al poblado sin haber encontrado la oveja y el maestro les preguntó
-¿Han encontrado la oveja?
Y los vecinos le respondieron negativamente y de nuevo les pregunto la causa de su fracaso
– Hay muchos senderos –le respondieron-, un sendero conduce a otro y no supimos cual tomar, por lo que nos volvimos sin haber encontrado la oveja.
El maestro, se quedó muy pensativo y permaneció callado mucho tiempo sin sonreír.

Sus discípulos estaban sorprendidos.
– Una oveja es una nadería – dijeron –, y ésta no era ni siquiera suya. ¿Por qué tiene Ud. que dejar de hablar y sonreír?

El maestro no respondió, y sus discípulos se llenaron de perplejidad. Uno de ellos, fue a contarle al dueño de la oveja lo que ocurría con el maestro, que se había quedado triste sin sonreír.
El dueño de la oveja se fue a ver al maestro que estaba rodeado de sus discípulos e interesarse del por qué de su tristeza, a lo que el maestro le respondió

– Cuando hay demasiados senderos, un hombre no puede encontrar su oveja. Cuando un estudiante se dedica a demasiadas cosas, malgasta su tiempo y pierde su ruta.

Moraleja: Es importante centrarse en la vida y no atascarse ante las diversas posibilidades que la vida nos ofrece, es bueno concentrarse en una meta y no parar hasta conseguirla…