Mi hermano Óscar,  desde temprana edad cayó en el vicio, para mi madre su Oscarcito, siempre estuvo en sus oraciones, lágrimas infinitas rodaron por las mejillas de mi madre, sus ocho hijos, ella tuvo 9, le llamaban la atención, la regañaban…

Esta preciosa anécdota continúa…

Mi hermano Óscar,  desde temprana edad cayó en el vicio, para mi madre su Oscarcito, siempre estuvo en sus oraciones, lágrimas infinitas rodaron por las mejillas de mi madre, sus ocho hijos, ella tuvo 9, le llamaban la atención, la regañaban.

–         Mamá, Óscar no tiene remedio

–         Madre, Óscar es un sinvergüenza y mal hijo

–         Vieja mía, Óscar no merece tus lagrimas y sacrificios

Y es que él hacia sufrir mucho a mi madre

–         Mijita, Óscar me robo mi platica.

–         Mijo, Óscar me robo el reloj

Y aunque se le reponían las cosas robadas por mi hermano, ella siempre le defendía

–         Oscarcito es muy bueno, solo es un enfermo

–         Es mi hijo y punto

Así pasaron año tras año y mi madre, abandonada por su marido hacía años, rogaba a Dios, porque sacara a su hijo del vicio.

Uno de mis hermanos, hombre de mucho dinero, jamás se compadeció de su hermano, y mucho menos de las lágrimas de su madre, por él que lo metieran a la cárcel o que lo mataran, pero nunca dio un centavo para su recuperación.

Desafortunadamente este hermano avaricioso, recibe una noticia cruel, su hijo, único varón, es drogadicto.

Un día mi madre tuvo un accidente y de este accidente no se recuperó, pero antes de morir, dejó en manos de una de mis hermanas dinero suficiente para asegurar el sistema de salud de Óscar y su alimentación y una suma igual en manos de otro de mis hermanos para asegurarle la vivienda y el vestido de Óscar. Centavo a centavo, peso a peso, sin saber cómo mi madre logró reunir una suma considerable de dinero, a pesar de no haber estudiado y haber sido abandonada por su esposo con 9 hijos , el más pequeño de tres añitos. Mi madre dejaba de darse gusto comiendo lo que le gustaba o vistiendo, pero Dios le dio esa dicha, de poder asegurarle a su hijo enfermo, aunque solo fuera poco, algo de tranquilidad.

Ya cumplida su tarea, el 21 de abril de 2007 a las 5:30 am, a los 89 años, entrego su alma a Dios

Pero aquí no termina la historia, hoy mayo del 2009, los 8 hijos nos encontramos maravillados, el hijo avaro, que nunca quiso saber nada de su hermano drogadicto, recibió a Óscar en su finca y aunque a regañadientes, vela por él y Óscar el drogadicto desde los 20 años, y hoy con 58, esta completamente rehabilitado, y sin haber acudido a institución alguna, ni sometido a tratamiento psiquiátrico alguno, ni haber tomado médicamente alguno para dejar su adicción.

Y… TÚ NO CREES EN MILAGROS???????????