Herir hiere; odiar daña al que odia. Hay muchas maneras de despreciar y todas hieren… No me hieras, no me castigues con tu desprecio, con tus risas hirientes, con tu sorna…. Soy un ser humano aunque tú me trates como si fuera un «kleenex», (usar y tirar). Te serví para tus fines, me utilizaste mientras te convino, cuando necesitabas cariño, amor, compañía y de la misma forma me arrojas de tu vida sin importarte mi dolor, mis sentimientos, mi herida de amor… Te llevo clavada como una espinita que no puedo arrancar de lo más hondo de mi ser, pero recuerda esto: «No soy de madera, las astillas que me clavas me duelen porque son de madera»