¿QUIÉN ESTÁ AHÍ?
 
 
              Un discípulo que quería ver a su maestro y hablar con él, fue a llamar a su puerta.
                – ¿Quuién está ahí?
                – Tuso.
                – ¡Vete! – gritó el maestro de forma brutal.
                Incluso acompañó esa orden con un insulto.
                Tuso se fue sin comprender, regresó unas horas más tarde y volvió a llamar a la puerta, esta vez con más timidez.
                – ¿Quién está ahí?- preguntó el maestro.
                – Tuso…
                – ¡Vete!
                Y el maestro añadió varios insultos despectivos.
Tuso se fue muy triste y desolado. Se pasó toda la noche sufriendo y reflexionando. Al alba, los ojos hinchados,  el corazón en un puño, fue por tercera vez a llamar a la puerta del maestro, que preguntó:
                -¿Quién está ahí?
                – Nadie…-contestó el discípulo en voz baja.
                -¡Ah Tuso!-dijo entonces el maestro-. ¡Abre la puerta, pasa!