FRATERNIDAD. EL PROBLEMA DE LOS CELOS

HERMANO
RIVALIDADES
INFANTILES ENTRE HERMANOS

  


Cuando una madre volvió
del Hospital con su segundo bebé alquiló los servicios de una niñera para que
le ayudara las primeras semanas. Como había oído de las rivalidades infantiles
entre hermanos, observó con cuidado las reacciones de celos e inseguridades de
su niña de 18 meses.
 Desde el primer momento Robyn adoró a su pequeña hermana y
le gustaba ayudar a la niñera a bañarla, a darle biberón y hasta se ofrecía a
prestarle sus juguetes.
 Después de unas semanas, la madre estaba convencida de que la
hermanita mayor no había experimentado ningún trauma, así que decidió que ya no
necesitaba los servicios de la chica.
 Cuando vió que la niñera caminaba hacia
su coche el último día, escuchó una llamada de clara alarma. ¡Annie, le gritó
Robyn corriendo tras ella, que te has olvidado de tu bebé!


MÁS ANÉCDOTAS DE FRATERNIDAD…

QUIERO DESHACERME DE MIS HERMANAS.

Michael G. Preli, de Illinois, es sin duda el voluntario más joven que solicitó unirse al Peace Corps, un organización de voluntarios para servir en el tercer mundo. 
La carta decía: «Querido Peace Corps, quiero apuntarme. Tengo siete años y quiero deshacerme de mis dos hermanas». 
La oficina de reclutamiento hizo lo mejor que podía hacer en un caso de estos. 
Le notificó que debería esperar hasta tener 18 años, pero que sus hermanas serían bienvenidas también a la organización y que «serán enviadas a otros países en los que tú no estés»
 WashIngton News.
Dunkerque, una ciudad en el norte de Francia, fue el teatro de una sangrienta batalla en 1940 en la que el ejercito inglés se encontraba acorralado en la playa por las poderosas fuerzas alemanas. Un soldado inglés que sobrevivió a la matanza fue preguntado por un compatriota, ya en Inglaterra: ¿Qué es lo que sentiste al verte en la playa de Dunkerque con el mar frente a tI, con el ejercito alemán detrás y los bombarderos encima de vuestras cabezas?. Muy pensativo contentó ‑ Fue una sensación extraña. Sentí que cada hombre en aquella playa era mi hermano.

LAS LOMBRICES DE MI HERMANA 
Un misionero que trabajaba en África del Este vió a uno de los niños de la misión que iba a pescar. Se paró a hablar con el muchacho:
 ‑¿Qué usas de camada? ‑ Lombrices. 
‑ Lombrices, ¿dónde las consigues?
 ‑ Mi hermana las desentierra. ¿Cómo te las arreglas para que tu hermana te las busque?
 ‑ Muy fácil, dijo el niño como la cosa más natural deL mundo, de cada diez lombrices que encuentra, le dejo que se coma una.
ME GUSTARÍA SER UN HERMANO ASI

Un misionero llega a un poblado pobre en un coche nuevo. Los niños de¡ barrio admiran el flamante coche. El misionero un poco avergonzado de llegar con una coche así a un barrio pobre, se excusa diciendo que se lo ha regalado un hermano suyo que tiene un concesionario de automóviles. Uno de los niños comenta:
 ‑ 
Ya quisiera yo ser un hermano así