EL FEMINISMO NATURAL EN CONTRAPOSICIÓN AL FEMINISMO RADICAL.

Parece
como si la mujer, loca de satisfacción con la idea de penetrar el mundo
masculino, fuera incapaz de aportar su huella propia, personal, a una sociedad
que carece precisamente de ella. 
Le basta, por lo visto con imitar al hombre,
con que se la considere capaz de ejercer los mismos oficios, con adoptar los
hábitos de comportamiento, el mismo vocabulario soez y hasta las vestimentas masculinas sin preguntarse
siquiera por qué lo hace; sin examinar si no se dejará llevar por una
admiración inconsciente y tal vez excesiva hacia un mundo masculino que cree necesario
copiar con la mayor exactitud posible aún a costa de perder su propia identidad
y negar por adelantado su originalidad específica.

                                                                                                   

 ¿Qué es la edad media?   (pag. 156) R. Pernaud