Dos obreros trabajaban en la vía pública con gran tesón y energía.

Iban vestidos con un mono y cargaban tubos de plomo en un camión.

Un policía paró y les observó.

Llamó al retén con su walkie-talkie. Vino una furgoneta y varios policías arrestaron a los dos trabajadores sin mediar más palabras, por ladrones.

El jefe preguntó al policía, ya veterano qué le había llevado a reconocer a los cacos.

Esta fue su respuesta:

–  ¿Qué te hizo pensar que eran ladrones y no obreros?

– Trabajaban demasiado deprisa para ser obreros.

A Luciani Ilustrísimos Señores, pág 145