VIRUTAS DE MADERA PRECIOSA:
No esperemos pan, sin antes sembrar: No esperemos frutos, de las ramas sin podar. Hay que trabajar, sembrar y regar, aunque nos lleguemos a cansar.
El sepulcro vacío. 
En una clase de niñas de seis años, les preguntaba el sacerdote: 
• ¿Dónde nació Jesús?. 
• En Belén – respondió toda la clase. 
• ¿Y dónde vivió cuando era joven?. 
• En Nazaret – contestaron bastantes. 
• ¿Y dónde murió?. 
• En la cruz –afirmaron casi todas. 
• Sí, pero ¿en qué pueblo?. 
• En Jerusalén –dijeron unas cuantas. 
• ¿Y dónde está enterrado? –siguió preguntando. Se hizo un silencio «sepulcral» en la clase. Una, levantando la mano, dijo: 
• No está enterrado, que resucitó. 

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En todos los sepulcros se lee una inscripción que dice:
 «Aquí yace…».
En el del CRISTO nadie puede decir dónde está enterrado: por que no está en ningún sitio.