«Siempre tuve paz, sostenido por la oración de tantos amigos y amigas». 

Eran las palabras del doctor José Manuel Machimbarrena, el médico español que ha permanecido dos semanas secuestrado en Nigeria, país en el que lleva 30 años ejerciendo su profesión.

Numerario del Opus Dei, Machimbarrena ha preferido no dar detalles de cómo vivió su secuestro, pero sí ha querido hacer hincapié en que el saber que miles de personas rezaban por él, lo llenaba de paz. En el Opus Dei hay una costumbre y es rezar una oración -el Acordaos- por las personas que más lo necesitan en cada momento.En este tiempo, este médico de origen vasco y de familia en Cartagena sabía que miles de personas rezaban a diario desde cualquier parte del mundo por él.

 Además, ha recibido otras muchas oraciones porque la noticia se difundió rápidamente a través de los medios.Al terminar el secuestro, Machimbarrena prefirió no hacer declaraciones pero sí quiso emitir una carta de agradecimiento a las muchas personas que se han interesado por su situación durante el tiempo que ha estado retenido. 

En esas letras explica que, como aprendió de san Josemaría Escrivá, sus secuestradores serán «gentes que han crecido en un ambiente en el que no conocieron la fraternidad y caridad cristianas o, simplemente, han perdido una característica esencial de la cultura nigeriana: el respeto mutuo y la solidaridad». 

Por eso expresa su deseo de seguir trabajando en Nigeria «para que estos valores crezcan». Sabe que siempre contará con cientos de oraciones.

SIGUE CON EL ACORDAOS…

ACORDAOS

Acordaos,

¡oh piadosísima Virgen María!,

que jamás se ha oído decir

que ninguno de los que han

acudido a vuestra protección,

implorando vuestro auxilio,

haya sido desamparado.

Animado por esta confianza ,

a Vos acudo,

oh Madre, Virgen de las vírgenes ,

y gimiendo bajo el peso de mis pecados,

me atrevo a comparecer ante Vos.

Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas,

antes bien, escuchadlas y acogedlas

benignamente. Amén

Machimbarrena, el médico español secuestrado en Nigeria y ya en libertad no tiene miedo y desea «seguir trabajando en este país»