CAPÍTULO 1. LA TRANSFORMACIÓN

Estábamos viendo la película de “Los Inmortales” cuando a mi amigo Charlie, se le ocurrió que pasaría si uno de nosotros se hiciera inmortal. Cuando acabó la película, hablamos sobre el tema y se fueron de mi casa y me fui a la cama.

Era un sábado por la mañana y había quedado con Charlie, Mario, Pablo y José Carlos.

Fuimos al Carrefour  porque cada uno queríamos comprarnos un videojuego. Al salir vimos a un hombre con bata blanca que nos hacía “ptsss”. Fuimos a ver que quería (aunque no nos fiábamos mucho). 

-Tomad esto y huid- nos dijo 

-¿Pero qué es?-le dije

-Nada-dijo-solo escondedlo y no os lo bebáis. 

El hombre desapareció dejándonos ese frasco tan misterioso. Echamos a suertes quien se lo quedaba y me tocó a mí. Nos fuimos cada uno a su casa.

No paraba de mirarlo y de sentir la tentación de beberme el líquido de su interior. Aquel frasco misterioso me tenía en un sin vivir, así que como un estúpido me lo tomé. Sentí una extraña sensación en mi interior, me encontraba fatal. Pasé una noche horrible, tenía mucho sueño porque no había pegado ojo. Al levantarme ya no me encontraba mal así que llamé a mis amigos para salir. Tan solo conseguí que Charlie viniera a dar una vuelta, así que bajé al parque (donde habíamos quedado). Le vi cuando estaba cruzando el paso de cebra y me despisté, entonces un coche que venía muy rápido me atropelló. Me dolió bastante, pero se me pasó muy pronto y me levanté como si no hubiera pasado nada. Todos me miraban con una gran cara de asombro.

CAPÍTULO 2. INMORTAL

Yo les miraba con cara de extrañado porque no sabía porque me miraban así. Vi al conductor del coche, que tenía el móvil en la mano, con ojos como platos. Me dijeron que como podía estar bien y le dije a Charlie que me había tomado el líquido del frasco misterioso y llegamos a la conclusión de que ese líquido te hacía inmortal.

Estábamos haciendo unas locuras que un chico normal no haría. Mi preferida fue lanzarme desde la azotea de mi edificio, ¡fue increíble!, aunque me hice un poco de daño. También me clavé un cuchillo en el corazón, que también me dolió, pero pudimos ver como la herida desaparecía.Ya era lunes y tenía que ir al instituto, y tenía muchas ganas de contarles a mis amigos que era inmortal. Enseñárselo no hizo falta porque cuando llegué al banco donde estaban todos vinieron unos encapuchados con intención de atracarnos, llevaban navajas y mis amigos se asustaron y a la vez se sorprendieron de que yo no estuviera asustado. Me resistí a darles nuestro dinero y uno de ellos me clavó su navaja, yo le sonreí y me saqué la navaja. Le clavé la navaja en la pierna y todos salieron corriendo.Estábamos en clase y mis amigos le contaron que yo era inmortal a toda la clase. Todos me preguntaban que cómo podía pasarme esto y yo les expliqué el porqué.

-Oye, ¿y no tienes más de ese líquido?-preguntó mi amiga Teresa

-Lo siento pero no-le contesté 

CAPÍTULO 3. LA SOLEDAD 

Era el año 2023 y yo ya tenía 25 años, pero el día que cumplía los 25 noté algo extraño, y lo averigüé cuando cumplí los 30. Aquella sensación que sentí significaba el no envejecer, tener 25 años el resto de mi vida (si es que acababa).

Me dediqué a adquirir conocimientos que les pudieran servir a las generaciones, así que abandoné España en busca de nuevas emociones. Le dejé una carta a Charlie, que me había apoyado en todo momento.

La carta decía así: “Querido Charlie:Te escribo esta carta porque no nos vamos a volver a ver. Me voy a otros países en busca de nuevos conocimientos y nuevas emociones. Espero que tengas mucha suerte en todo momento y que seas feliz. Quiero que te despidas del resto con la frase anterior. Os echaré de menos a todos. De tu amigo, Andrés.” 

No sabía cual sería mi primer destino, pero empecé mi aventura de lo más  ilusionado. Decidí ir hacia el este, así que fui a la agencia de viajes para comprar unos billetes de avión a Moscú.

Llegué al aeropuerto sobre las siete de la mañana ya que el avión salía a las nueve. Desayuné allí y al acabar llamaron a los pasajeros del vuelo a Moscú.

CAPÍTULO 4. FENÓMENO MUNDIAL 

Cuando estaba llegando a Moscú, el piloto comunicó a los pasajeros que había un problema con el motor y que tendrían que realizar un aterrizaje forzoso. Todo el mundo estaba muy asustado y cuando llegábamos al aeropuerto para realizar el aterrizaje forzoso hubo una complicación que hizo que el avión perdiera el control. Nos íbamos a estrellar , pero eso no me preocupaba mientras que los demás pasajeros gritaban histéricos. El accidente fue terrible ya que chocamos con la torre de control y esta se derrumbó, además chocamos con algunos aviones parados.

Vinieron los bomberos, la policía y un montón de ambulancias. Yo fui el primero en salir, totalmente ileso, y la gente me miraba incrédula. Me divertía que me miraran así y me reí, entonces su expresión se convirtió en una cara de asco por mi falta de sentimientos que habían desaparecido junto con mi envejecimiento. Todas esas caras de asco me hicieron darme cuenta de en que me había convertido: un monstruo sin sentimientos al que solo le importa el mismo. ¡En eso me había convertido la inmortalidad!

En muchas películas se ve a la inmortalidad como un don que luego se convierte en maldición. Eso es una mentira bien gorda, la inmortalidad es un don que hay que saber aprovechar, pero aprovecharlo es lo difícil.Gracias a ese accidente era famoso, por haber sobrevivido ileso y por mi gran falta de sentimientos. Todo el mundo sabía que yo era inmortal y durante muchos días me estuvieron acosando los paparazzi. Conseguí darles esquinazo cogiendo el transiberiano y bajándome en la última parada siguiendo por Siberia, Vladivostok. 

CAPÍTULO 5. EL FINAL DE LA INMORTALIDAD

Cuando llegué a Vladivostok, decidí ir hacia la costa y coger un barco hacia Japón. Con todos los años que llevaba viviendo pude aprender un montón de idiomas, entre ellos el japonés, y no tuve problemas cuando subí al barco para comunicarme con la tripulación. Unas horas después de zarpar se oyeron disparos en barco y de repente, se abrió la puerta de mi camarote y aparecieron unos tipos vestidos de negro que me apuntaban con metralletas.

-¿Quiénes son ustedes?-pregunté

-A ti no te importa-dijo uno de los hombres-y ahora vamos a ver si eres el que pensamos.

Entonces me dispararon, las balas me hicieron un poco de daño pero se me curaron las heridas y ya no me dolió. Le cogí un cuchillo a uno que lo  llevaba en el cinturón y se lo clavé. Cogí la metralleta y maté a los demás. Fui en busca del culpable de esto, pero el me encontró antes.

-Vaya, vaya-dijo-mirad a quien tenemos aquí.

-¿Quién eres tú?-le dije, no le reconocía debido a que llevaba una máscara.

-Todo a su debido tiempo amigo mío-dijo-Tengo una sorpresa para ti, vas a poder morir

Entonces sacó una pistola de dardos y me disparó. El dardo me dio en el cuello y sentí que me ahogaba, que me moría.-Este es un dardo que contiene el antídoto al líquido que te bebiste hace ya mucho tiempo-dijo-Tranquilo, no morirás, simplemente dejarás de ser inmortal y volverás a ser feliz.Después de decir eso se quitó la máscara y le reconocí. 

Era Charlie.

-Charlie, ¿porqué has hecho esto?-le pregunté

-Para que tengas una segunda oportunidad-me respondió

-Hasta un ser sin sentimientos se la merece.

-Gracias…-le dije antes de que todo se volviera negro. 

EPÍLOGO

Me desperté sudoroso y me di cuenta de que había sido un sueño. Ese sueño me sirvió para darme cuenta de que la vida es mejor vivirla con emoción y ser bueno para que los demás no crean que eres un monstruo sin sentimientos.

EL INMORTAL 

AUTOR: ANDRÉS CASTILLO HERNÁNDEZ