(Cerciorarse de que llega el mensaje)

Le pasó a un cura andaluz. Llegó una familia gitana, con Patriarca al frente, para encargar un funeral.
Sería el viernes siguiente. El cura miró la Epacta para ver el santoral…
– Vaya – dijo – ese día hay que ir de rojo.
Pensó que debía advertir a los gitanos, pues cuidan especialmente los funerales y les gusta todo perfecto…
Total, que el jueves se acercaron al cura y le dijeron:
– Señor cura; sólo las mujeres irán de rojo, los hombres no quieren oír hablar del tema.
Fernando Cuevas