El espíritu santo llena las iglesias y algunos curas las vacían…

Las charlas y predicación han de ser bien preparadas, con uno o dos objetivos concretos, con ejemplos (no sólo con ideas), y sobre todo cortitas. Vamos, como las minifaldas: cortas y que enseñen…

Fidel Castro pronunció ante las Naciones Unidas, el 26 de septiembre de 1960, el discurso más largo de que hay memoria: estuvo hablando durante 4 horas y 29 minutos. Al final, sólo quedaban en la sala los representantes cubanos. ¡Qué remedio!