La mala suerte se lleva muchas veces una culpa inmerecida. Una cortita y jugosa fábula de Esopo…

El muchacho y la fortuna

Habiéndose dormido un muchacho junto a un pozo, se acercó a él la Fortuna, y le dijo: «Despierta y levántate de ahí, pues si te caes en el pozo todos me echarán a mí la culpa, en vez de culparte a ti por ser tan imprudente y necio» (Esopo).