¡Qué escándalo! Pero es pasto para los frívolos o «ligeros de casco»…

La trivialización de la moralidad es uno de los errores modernos. El escándalo vende: lo morboso interesa.

La misma idea se puede ver desde muchos puntos de vista: se puede decir que la gente es abiertamente inmoral, sin esconder lo que hacen mal; también podemos afirmar que hace cincuenta años ser malo daba vergüenza y se evitaba hacerlo público, dejando el comportamiento inmoral para la privacidad (y sólo si llegaba el caso); huía uno de la notoriedad. 

Ser mirón hoy está tirado; muchos estamos de acuerdo en que la vida de los vouayeurs o bolleros (mirones) es mucho más fácil hoy en día; la facilidad para caer mirando no le quita culpabilidad moral: está igual de mal, aunque sea más fácil.

He aquí una historia ilustrativa (continúa…)

No me interesa (Curiosidad)

El célebre escritor Irving Stone escribió un libro muy bonito, que fue best-seller en su tiempo; se titulaba: La Esposa Inmortal. De tanto oír a sus amigos y amigas hablar del libro, un muchacho, que no era muy dado a la lectura, decidió comprarlo.

Se presentó en la primera librería que encontró y preguntó si tenían allí el libro «La Esposa Inmoral«.

– «Sí, lo tenemos –dijo la vendedora–, pero no es «inmoral», sino «inmortal».

– «¡Ah!, ¿sí?… Entonces no me interesa. Muchas gracias».