Chistes moderados y gracias con contenido religioso.

LEVÁNTATE

Una madre le dijo a su hijo: ‘Por tercera vez te digo, ¡levántate, que llegarás tarde a la iglesia! Te daré tres motivos para hacerlo rápidamente: Primero, tienes las llaves de la iglesia; segundo, la Biblia nos dice que no dejemos de asistir como algunos tienen por costumbre; y tercero, ¡ERES EL CURA!’

EL MAL AMÉN

Niños, ¿a qué le tienen miedo? – preguntó el catequista, para introducir a su clase al tema. Jaime respondió, ‘Yo le temo al malamén. El maestro, extrañado, le preguntó, ¿Qué es eso? Jaime lo miró y le
dijo, ‘No estoy muy seguro, pero debe ser terrible, por que mi mamá siempre dice al final de su oración, ‘líbranos de tentación y del mal-amén.’

UN CURA Y UN PASTOR

Un pastor y un sacerdote iban juntos en un tren. El sacerdote le dijo al pastor, ‘¿Un whiskey?’ ‘No, no bebo.’ ‘¡No sabe lo que se pierde!’ le dijo el cura. Al bajarse, el pastor le dijo al cura, ‘¡Saludos a su esposa!’ El cura respondió, ‘No tengo esposa.’ Le comentó el pastor, ‘¡No sabe lo que se pierde!’

¿QUÉ DARÍAS?

Un pastor le pregunta a uno de sus miembros en un estudio bíblico, ‘Hermano García, si usted tuviera cinco gallinas, las daría para la obra del Señor?’ Contesta García, ‘AMÉN.’ Le dice el pastor, ‘Hermano García, y si tuviera dos caballos, los daría para la obra del Señor?’ A lo que contesta García, ‘AMÉN.’ Por último, le pregunta el pastor, ‘Hermano García, si tuviera una vaca, ¿la daría para la obra del Señor?’ A lo que contesta el hermano García, ‘¡NOOOOOOO! Eso es lo único que tengo.’ (Los cristianos en ocasiones estamos dispuestos a dar de lo que no tenemos, pero de lo que tenemos no queremos dar nada para la obra de Dios.)

UN PASTOR EN APUROS

Cierto día le llega una carta al pastor, informándole de que una misionera que venía del África estaría visitando su iglesia. Él, muy contento, envió un miembro joven de la iglesia a recogerla al aeropuerto. Al encontrarse, vio el joven que la misionera estaba muy cargada de maletas, y salió a ayudarle. En el instante que le iba a coger las maletas, le preguntó la misionera si él diezmaba. Él le contestó que no. Ella muy ligeramente le corrió las maletas y le dijo, ‘Si usted es capaz de robar a Dios, posiblemente sea capaz de robarme a mi.’

ESTOY MUY EMBARAZADA

Una misionera brasileña visitaba un país hispano. Durante un servicio en una iglesia fue invitada a pasar al frente y dar un saludo. Ella, muy apenada, pues era muy tímida, dijo al público: ‘Lo siento, yo estoy embarazada y la culpa la tiene su pastor.’ (Ella quiso decir apenada pero no lo sabía decir en español y en Brasil la palabra ‘embarazada’ tiene el mismo significado.)

EL REY SIEMPRE ENFERMO

¿Cuál era el rey que siempre estaba enfermo en el Antiguo Testamento? El Rey Asuero, porque siempre estaba ‘a suero’.

MULTANDO A UN CURA

Un nuevo policía andaba buscando a quien multar por primera vez. Al ver un cura que venia en una moto, de inmediato lo mandó estacionar para hacerle la vida difícil. El policía le dijo al cura: ‘Muéstreme su licencia y registración,’ pero todo estaba en orden. A lo que dijo el policía, ‘Encienda las luces y haga las señales.’ Otra vez, todo estaba bien. Al ver que nada podía hacer en contra del cura, le dijo: ‘OK. Se puede ir, pero tenga mucho cuidado.’ A esto el cura le respondió: ‘No se preocupe, yo voy con Dios y la Virgen.’ El policía le dijo: ‘¡Aja, tres en una moto!’ y le puso la multa.

EL PERICO INDISCRETO

Había un camarero que tenía un perico. El perico les decía a todos los que entraban, ‘Hay vino y cerveza.’ Pasó el tiempo, y se quemó la cantina. El perico se salvó, y se lo regalaron a un pastor de una iglesia. Cuando entraban los creyentes a la iglesia, el perico les decía, ‘Hay vino y cerveza.’ El pastor lo reprendió y le preguntó por qué decía eso. El perico le respondió, ‘Pues, son los mismos que entraban en la cantina.’

GRACIAS DIÁCONO

Un grupo llegó a una iglesia, el grupo cantó y tocó hasta la medianoche. Toda la iglesia se fue, porque el grupo tocó demasiado. Sólo un hermano se quedó, esperando hasta que el grupo se terminara. Entonces, el grupo le dijo al hermano: ‘Gracias hermano, porque usted sí alaba a Dios.’ El hermano respondió: ‘No hermanos, es que a mí me toca cerrar la iglesia, y por eso me quedé.’