La confianza no se impone; se infunde…

Fluye naturalmente, instalándose en la otra persona. Un gran error: pensar que los demás nunca serán capaces de hacer las cosas tan bien como nosotros: eso equivale a creerse imprescindibles, irremplazables: los cementerios están repletos de aquellos que se creían «valores eternos».
Aprender a delegar, a confia en los demás, a pasar la pelota al delantero que marcará el tanto es una ciencia importante para no morir en el día a día: así las cosas avanzan, no se estancan. ¿Qué importa un pequeño error en la decisión, si ese es el precio de la formación; si así el compañero o subalterno que yerra aprenderá a dirigir?

Sigue la anécdota con una historieta divertida y corta…

Fiarse de Directivos más jóvenes
Riiiinggg Hola…habla Gutiérrez ¿Está tu papá?
-No, señor.
-¿Tu mamá?
-Tampoco. Estoy solo con mi hermana.
Bueno, pásame con ella.
Minutos después:
-Disculpe señor, pero no la puedo alzar y traerla al teléfono, la cuna es muy alta.