Sin arrogancia, mentalidad de vencedores

Estamos demasiado abiertos a los científicos, sabios e iluminados que se lanzan a opinar sobre temas sobre los cuales tienen poca o ninguna idea. Y lo hacen con tal certeza que nos apabullan. Es el orgullo del saber. ¿Dónde están los marcianos? ¿Por qué los americanos (los seres humanos) nos hemos gastado tantos millones de dólares en ir a marte? Por qué a la luna y ahora, de pronto tantos miles de millones en perseguir a un terrible enemigo que ellos mismos están creando: el cambio climático… 2500 expertos hablan del cambio climático, pero hay muchos que no estaban de acuerdo y no les han dejado entrar en el grupo o les han echado… hay muchos disidentes, hay voces que no están totalmente de acuerdo y han sido silenciadas… Es una dictadura de la pseudociencia… Es bueno poner en cuarentena a los sabiondos.

Ofrecemos un microrrelato que abre un interesante paralelismo al respecto: habladles en parábolas, como hacía El Maestro…

El ratón que descubrió el verdadero sistema cosmogónico

El ratón rodó con una gran carcajada por la cuesta abajo del agujero de su laboratorio: por fin había descubierto que los humanos estaban en un error. Su increíble hallazgo consistía en que el universo giraba alrededor de la tierra y que todos los planetas estaban dispuestos de tal manera que en la Tierra hubiera vida, pues el Gran Creador, Dios Padre y Arquitecto del Universo, había dispuesto que sus amados humanos tuvieran una atmósfera extraordinaria, una tierra asombrosa donde vivir mientras habitaran en una dimensión que el Gran Padre había creado para su propio hijo, llamada TIEMPO. Era el único planeta con vida en el universo.

Lo verdaderamente extraño, era que durante ese periodo, las criaturas olvidaban toda relación con su Creador, lo que les ponía a prueba…