Y ahora doy un Sol ENORME
No tentarse con lo imposible 
Esta anécdota me la contó el gran Francisco Valls, no recuerdo el nombre de los personajes ni la ópera que representaban, pero bueno intentaré relatarlo lo mejor posible. 
Ocurrió en Italia, el barítono estaba un poco resfriado y la voz no estaba demasiado bien, el tenor por una enfermedad había sido sustituido por otro no demasiado bueno. 
Sale a escena el barítono, comienza su aria, la cosa no va demasiado bien, al llegar al final debe atacar un Sol natural, pero se calla, abre sus brazos y dice «y ahora doy un sol así de grande» se gira y se va tan pancho, la gente se queda estupefacta, en la siguiente escena vuelve el barítono, el público empieza a silbar, el barítono enfurecido suelta, 
«¿Ah, me silbáis? … pues esperad el tenor».