PRESUNCIÓN. 

Anécdota comentada por NEWMAN en la Carta al Duque de Norfolk

«¿Qué pretende el Papa? –afirmó Napoleón en julio de 1807– al amenazarme con la excomunión?

¿Cree que el mundo ha retrocedido mil años?

¿Cree que las armas caerán de las manos de mis soldados?»

A los dos años de escribirse estas palabras el Papa, excomulgó a Napoleón como castigo por haber confiscado parte de sus dominios y antes de cuatro años, efectivamente, las armas cayeron de las manos de sus soldados en la campaña de Rusia.

Los ejércitos aparentemente invencibles fueron diezmados y dispersados por la crudeza del invierno.

Los cronistas de la época describen con palabras como estas el hecho: «Las armas de los soldados resultaban de un peso insoportable para sus brazos entumecidos. Durante las frecuentes caídas se les iban de las manos, y quedaban abandonadas en la nieve porque no tenían fuerzas ni para recogerlas del suelo» ó «Los soldados eran incapaces de sostener las armas, se les caían de las manos incluso a los más valientes y robustos. Los mosquetes se caían de los brazos congelados que los portaban».

Vicente Huerta Solá