Decir que no a tiempo ahorra grandes problemas…

No es que no cueste: hace falta fortaleza para decir que no; pero a larga compensa.
Y también compensa enseñar a los subordinados a decir que no. De otra manera en un momento de presión podemos puentearlos, con el problema de relación y laboral que el saltar jurisdicciones o puentear crea.
Continúa con una divertida situación en la que alguien debía haber dicho que no al principio…

Un grupo de hombres esta dentro de una sauna de un gimnasio cuando un móvil suena: 
Uno de los hombres lo toma, lo pone en manos libres y contesta: 

– Sí, ¿cariño eres tú?, Es que se oye fatal. ¿Hola? 

– ¿Estas en la sauna? Si, si, es que estoy enfrente de un aparador de una tienda viendo un abrigo de piel precioso.   ¿Puedo comprarlo? 
– ¿Cuanto vale? Pues 3,000 euros.
 
– Esta bien, pero cómprate un bolso que haga juego…
– Amor mío. Es que… Bueno, resulta que acabo de pasar por el concesionario de coches y pensaba que igual era ya el momento de cambiar el nuestro, 
… así que entré y pregunté, 
¿y sabes quéee? 
Pues resulta que el BMW esta en oferta y hay uno monísimo, ¡que me ha gustado mucho! 
– Oh Chica… ¿Cuanto vale el coche con la oferta, cariño? 
– Sólo 30,000 euritos de nada, pero es que el coche es ¡¡¡fantástico!!!. 
– Buueeno, cómpralo y pide los accesorios.
– Pero cobrarán más caroooo…
– ¿eh? Si sube un poco mas, cómpralo y, como situación excepcional, no me enfadare… 
La señora viendo que todas sus peticiones eran satisfechas decidió arriesgarse. 
– Cariño, ¿recuerdas que mamá quería venir a vivir con nosotros? ¿Te parece que la invite por un mes, como a prueba, y el mes que viene lo volvemos a hablar? 

– Mira, lo que tú quieras… Buueeno, pero no pidas nada mas, ¿eh? 
– Si, si esta bien. ¡Ah!, ¡¡¡y te quiero mucho!!! 
– Yo también te quiero, un besito y te dejo que tengo que colgar el teléfono…
El hombre se gira al grupo y pregunta con una sonrisa maliciosa: 
– Bueno, ¿y de quién es este móvil?