DIOS NUNCA
NOS ABANDONA

« Una noche soñé que iba andando por la playa con el
Señor y que se proyectaban en el cielo muchas escenas de mi vida. 

 

En cada escena que pasaba, percibí que quedaban dos pares
de pisadas en la arena: unas eran las mías y las otras del Señor. 


Cuando la última escena pasó delante nuestro, miré
hacia atrás, hacia las pisadas en la arena y noté que muchas veces en el camino
de mi vida quedaban sólo un par de pisadas en la arena. 


Noté también que eso sucedía en los momentos más
difíciles de mi vida. 


Eso realmente eme perturbó y pregunté entonces al Señor:

“ Me prometiste, Señor, cuando resolví seguirte,  que siempre caminarías a mi lado hasta
el final. 


Pero  he visto, que en los
peores momentos de mi vida, cuando más te necesitaba, había en la arena sólo un
par de pisadas. 

No entiendo por qué me abandonabas en las horas en que yo más
te necesitaba”. 

Hubo un momento de silencio y cuando el hombre ya no
esperaba ninguna respuesta  escuchó
una voz, la voz del Señor que le decía: 


“MI querido amigo. Yo siempre te he amado y jamás te
abandonaría en los momentos más difíciles. En esos momentos de sufrimiento,
cuando peor lo estabas pasando, no eran tus huellas las que aparecían sobre la
arena, eran las mías, justamente allí 
yo te cargaba sobre mis hombros.

Por eso en la arena sólo quedaron marcadas las
huellas en una sola hilera de pisadas. Eran las mías, naturalmente”.  


 CONTINÚA…

Es que Dios nunca nos abandona. Camina a nuestro lado o nos toma sobre sus hombros. 

Por eso dice el Evangelio: “ Venid a Mi, todos los que estáis cansados y agobiados. Yo os aliviaré”.

Ojalá sepamos tener la habilidad de echarle a El el peso de nuestra vida. 


Sin duda que todo será más llevadero, pase lo que pase