El emperador Constantino en Saxa Rubra, en el año 312 el día 27 de octubre, estaba con sus tropas. Y en sueño vio que un ángel le decía: In hoc signo vincis.

Al despertar, hizo poner la Cruz en todos los estandartes, emblemas y banderas, y se lanzó a conquistar Roma, venciendo en Ponte Milvio a Majencio.

Pocos años después es permitida la religión Católica en el imperio.