VIRUTAS DE MADERA PRECIOSA:
No conviene tener en cuenta lo que se dice en momentos de enfado. Esas frases no son verdaderas ni para quien las dice. Si fueran ciertas, las madres de los árbitros serían todas muy malas mujeres. 
EL LEONCITO PREPOTENTE
Un día, un león va rugiendo y agarra a un mono por el cuello y le dice: 
– ¡Quién es el rey de la selva! 
Y el mono le dice: 
– Tú señor león, tú. 
Y el león siguió su camino. Luego el león se encuentra con una jirafa y la muerde en el cuello y le grita:  
– ¡Quién es el rey de la selva! 
Y la jirafa le dice: 
– Tú señor león, tú. 
Luego el león sigue su camino. Después se encuentra con un elefante y el león ruge; al momento en que el león ruge el elefante lo agarra con la trompa y lo tira al suelo, lo pisa lo vuelve a tirar y lo pisa nuevamente y después lo suelta, en eso el león se para y mira al elefante mientras se sacude y le dice: 
– Si no te sabes la respuesta, no te tienes que poner así.