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TRES MAESTROS DEL PENSAMIENTO FRANCÉS EN FORMATO BREVE (DE RIVAROL, ANTOINE / JOUBERT, JOSEPH / DE GOURMONT, REMY)
Pensamientos y rivarolianas reúne por primera vez en español una buena muestra de la obra de Antoine de Rivarol, unos de los pensadores más singulares del siglo XVIII y un clásico «secreto» de las letras francesas. Pasos en la arena forma parte de la gran tradición francesa a la que pertenece también Pen¬sa-mientos y rivaro¬lianas. Gourmont fue uno de los grandes intelectuales de su época, un escritor que influyó en muchísimos otros, hoy quizá más conocidos que él mismo, y cuyo pensamiento, profundo y lleno de ingenio, sorprende por su atemporalidad. Sobre arte y literatura ofrece una amplia selección de los pensamientos que sobre ambos temas escribió uno de los más desconocidos, pero también interesantes, escritores del tránsito del siglo XVIII al XIX: Joseph Joubert, un clásico incontestable, el gran amigo de Chateaubriand. Joubert ha marcado a varias generaciones de escritores: de Sainte-Beuve a Paul Auster, pasando por Leonardo Sciascia. «La mente más lúcida de su época», según Blanchot.

PENSAMIENTOS Y RIVAROLIANAS (DE RIVAROL, ANTOINE)
Pensamientos y rivarolianas ofrece por primera vez en español una amplia muestra de la obra de Antoine de Rivarol, uno de los pensadores más singulares del siglo XVIII, cuyos aforismos han sido emparentados, por su humor y agudeza, con los de Lichtenberg. Clásico «secreto» de las letras francesas, protagonista apasionado y controvertido, por la cáustica defensa de sus ideas, de la Revolución francesa, fue modelo de algunos grandes escritores, como Honoré de Balzac, que utilizó muchas de sus frases y ocurrencias en Las ilusiones perdidas y Esplendor y miseria de las cortesanas, o como Ernest Jünger, que lo tradujo al alemán y fue uno de sus mejores críticos.«Rivarol entretiene más que una novela y enseña mejor que un voluminoso tomo de ensayos», escribió otro de sus seguidores, Remy de Gourmont. Y Sainte-Beuve dijo: «Quienes lo estudien de cerca sólo hablarán de él con estima». Como posible respuesta, el propio Rivarol, que recorrió media Europa, ya exiliado, cargando tanto con el escepticismo que abrillantaba su conversación y su genio como con su fama de seductor, nos dejó estas palabras: «La grandeza de un hombre es como su reputación: vive y respira en los labios de otro».