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EL SEÑOR NORRIS CAMBIA DE TREN (CHRISTOPHER ISHERWOOD)
En 1931, a bordo de un tren con destino a Berlín, William Bradshaw conoce a Arthur Norris, un británico de aspecto cómico e intrigante con el cual entabla una amistad que le llevará a descubrir su ambigua personalidad. El señor Norris dirige un turbio negocio de importación y exportación en Berlín; vive atemorizado por sus acreedores y su secretario Schmidt y sometido a su amante, la prostituta Anni; y se define, según la ocasión, como militante comunista, orador político, espía o agente doble. Como Adiós a Berlín, El señor Norris cambia de tren está inspirada en las experiencias del propio Isherwood en el Berlín de la República de Weimar, y evoca con incomparable agudeza las luces y las sombras de la ciudad durante el auge del nazismo.

ADÉU A BERLÍN (ISHERWOOD, CHRISTOPHER)
Amb una prosa directa i despullada d’artificis, el narrador, un jove britànic que fa classes d’anglès a Berlín, ens ofereix una col·lecció d’instantànies d’una ciutat que viu els seus últims anys de disbauxa i frenesí mentre sent com s’acosta la tempesta del Tercer Reich.

EL CÓNDOR Y LAS VACAS . DIARIO DE UN VIAJE POR SUDAMÉRICA (ISHERWOOD, CHRISTOPHER)
En 1947, casi treinta años antes de que Bruce Chatwin emprendiera su ya mítico viaje a la Patagonia, Christopher Isherwood se embarcó en una travesía de seis meses por Sudamérica. Isherwood evitó deliberadamente leer a profundidad sobre el continente, pues la aspiración de quien hace un diario «es más la de trazar un paisaje impresionista y espontáneo que la de hacer algo perentorio». Asimismo, consideraba que «si hubiese tenido un conocimiento más amplio lo más probable es que hubiese generado en mí cierto complejo de inferioridad y una humildad que habrían sido contraproducentes». El cóndor y las vacas –catalogado por el autor como uno de sus mejores libros– es el resultado de ese viaje. De inmediato se estableció́ como una crónica clásica, debido a la mordaz capacidad de observación del autor, que realiza el mejor homenaje a los sitios visitados al narrar sus experiencias sin idealizaciones ni sentimentalismos. Isherwood se maravilla ante la diversidad de un continente que cuenta con policías dedicados a prevenir suicidios al borde de un precipicio, donde cerdos y cabras descienden hacia una llanura en paracaídas, o en el que un golpe militar fracasa porque el presidente finge haber perdido el sello necesario para darle carácter oficial a su renuncia; pasa tiempo con figuras literarias como Victoria Ocampo o Jorge Luis Borges (de quien escribe: «Conoce la literatura inglesa clásica y moderna como muy pocos ingleses y americanos y es capaz de recitar párrafos enteros de los autores más inesperados, con comentarios de lo más divertidos y sutiles») y advierte señales premonitorias de los anos violentos que desembocarán en dictaduras militares. A fin de cuentas, considera que es un continente de contrastes donde algo se están cocinando: «Y va a seguir cocinándose con el mismo misterio, el mismo ruido, la misma furia, a través de los tiempos que se acercan».

ADIÓS A BERLÍN (ISHERWOOD, CHRISTOPHER)
Christopher, un joven británico, alquila una habitación en la capital alemana e imparte clases de inglés para ganarse la vida. Este trabajo y su curiosidad de escritor en ciernes le llevarán a conocer a personajes de todo tipo y condición, como la rica heredera judía Natalia Landauer, la familia obrera de los Nowak, Otto y Peter, dos jóvenes homosexuales, o Sally Bowles, una jovencita inglesa de clase alta, seductora y extraviada—que inspiró el personaje de Liza Minelli en la célebre película Cabaret—. Adiós a Berlín es una crónica reveladora y emotiva del Berlín de la República de Weimar, decadente y atractivo, sobre el que se cierne la creciente brutalidad del nazismo.