Resultados de la búsqueda para: Héctor Bianciotti





LA BUSCA DEL JARDÍN (BIANCIOTTI, HÉCTOR)
Devolvemos a los lectores La busca del jardín, obra que, en 1978, recibió en Francia el Premio Médicis a la mejor novela extranjera, y en la que Héctor Bianciotti inicia en cierto modo esa larga aventura personal que el tiempo, la distancia, el cambio de lengua y, sobre todo, la distorsión de la memoria han ido convirtiendo, en los últimos veinte años, en sucesivas obras de ficción que, finalmente, le han conducido hasta la Academia de las Letras francesa. En el jardín, extraño terreno acotado en la inmensidad de la pampa argentina, el Niño descubre un día, gracias a las revistas del corazón, que más allá de aquel ilimitado llano uniforme existe otro mundo donde se conjugan lo bello, lo armónico y lo sabio. Y Jardín es la primera palabra de esta novela, concebida, según el propio autor, «como una especie de pequeña e íntima enciclopedia». Porque desde el Niño hasta el Hombre ?los dos protagonistas de esta historia?, serán los nombres de lugares, personajes y circunstancias los que irán tramando este itinerario de ida y vuelta, dominado por la nostalgia y el remordimiento.

SIN LA MISERICORDIA DE CRISTO (BIANCIOTTI, HÉCTOR)
¿Qué puede atraer a Adelaïde Marèse, con su desconcertante aire de institutriz, en la atmósfera enrarecida del Café Mercury ? ¿Será Rosette, esa niña inquietante, diabólica, que descalabrará no sólo su anodina y rutinaria existencia, sino también la del discreto narrador, quien terminará reconociéndose en el destino desgarrado que les depara el ejercicio temerario de la memoria, en la que ?según él mismo confiesa? «casi todo es infierno» ? ¿O bien la imperiosa necesidad, en ese caluroso verano parisino, de descargar en alguien, con quien comparta exilios afines, ese pasado de «allá» que tanto condiciona su presente, aquí ?Con esta quinta novela, su primer libro escrito en francés, el escritor argentino Héctor Bianciotti obtuvo en 1985 el prestigioso Premio Fémina colocándose por sorpresa y durante meses en la listas de los libros más vendidos en Francia y siendo acogido con entusiasmo por la crítica de los distintos países en los que ha sido publicado desde entonces.

COMO LA HUELLA DEL PÁJARO EN EL AIRE (BIANCIOTTI, HÉCTOR)
Cuando Héctor Bianciotti fue nombrado miembro de la Academia Francesa de la Lengua, se definió como «alguien que viene de lejos, y que ha pasado de su lengua materna [el español de su Argentina natal] a la de su literatura predilecta por caminos de contrabandista, sin traer nada, a modo de regalo, salvo un imaginario venido de otra parte». Como la huella del pájaro en el aire es ese imaginario, porque para Bianciotti la memoria ?y la vida?, es vacilante y movediza. Tras más de veinticinco años de ausencia, Héctor Bianciotti regresa a la tierra natal, Argentina, donde le esperan sus hermanos. La nación homenajea al niño de la pampa que alcanzó el éxito en otro país, en otra lengua. Y surgen, al filo de los reencuentros, emotivas historias, como la de Nilda, que le narra el anciano llamado laIguana, o recuerdos de familia. Pero son los sentimientos y las reflexiones que ese viaje suscita los protagonistas de esta obra: el paso del tiempo, el destino de personas y cosas y, en fin, la muerte. Y si la muerte proyecta su sombra en el horizonte, como le recuerda alguien, lógico es invocar figuras que se enfrentaron a ella de manera harto significativa; así, quedan fijados para el lector de manera indeleble la inolvidable estampa de Jorge Luis Borges en su lecho de muerte, la reacción del escritor Hervé Guibert ante su enfermedad incurable, y los últimos años de un amigo de la adolescencia.

EL PASO TAN LENTO DEL AMOR . MI VIDA (BIANCIOTTI, HÉCTOR)
En Lo que la noche le cuenta al día (Andanzas 186), primera entrega de ese viaje hacia sí mismo, o de esa «autoficción», como ya la ha bautizado la crítica francesa, Bianciotti nos había dejado una noche de marzo de 1955, en el puerto de Buenos Aires a bordo de un barco que debía llevarle a Europa. Pues bien, aquí le tenemos a su llegada a Italia, el 18 de marzo, con veinticinco años, sin un centavo, pero armado de una doble convicción: su viaje será sin retorno y, para mantenerse en pie, tendrá antes que aprender a caer. Así, primero en Nápoles y después en la Roma de la dolce vita, desprovisto de todo y en la más absoluta indigencia, empezará la caída solitaria a los infiernos del hambre. De ese tiempo en el umbral de la nada, rescata ante todo personajes que, por amistad, compasión o interés, se cruzan en su camino, desde los sórdidos encuentros fortuitos, hasta el deslumbramiento que le produce Maria Callas. El duro deambular forzoso se prolonga en el agrio Madrid del franquismo, donde, aprendiz de comediante de la mano de Antonio Vilar y «arropado» por la excéntrica Ana de Pombo, inicia otra etapa dolorosa, aunque estimulante, entre la generosidad de unos y la vileza de otros. Y por fin, París, destino por siempre deseado, al que accede atrapado en las redes de «Domenica», adorable y exasperante pintora, que no es otra que Leonora Fini, y donde se inicia para él otro viaje, no menos arriesgado: el que le lleva de su lengua natal a la lengua francesa. Difícilmente se habrá sentido el lector tan cerca del abismo en el que puede adentrarse un hombre que no admite para sí otro destino que el que se ha trazado él mismo. En esa larga busca, autor, y lector, recorren el lento, tenebroso y bellísimo aprendizaje de la dignidad.

LO QUE LA NOCHE LE CUENTA AL DÍA (BIANCIOTTI, HÉCTOR)
En un lugar perdido de la pampa argentina, vive una pintoresca familia de piamonteses que intenta superar allí la atávica pobreza que les arrancó de su Italia natal. En la áspera dureza de esta supervivencia, un adolescente especialmente sensible, que observa sibilinamente a los personajes desgarrados que le rodean, destinado en principio a los trabajos del campo, complica de pronto los planes de sus padres cuando, para huir como sea de ese agobiante microcosmos aislado en la nada de la ilimitada llanura, decide acogerse a la única oportunidad que entonces se ofrecía a los jóvenes de aquellos confines y de su condición : el seminario. Pero allí comienza para el adolescente su iniciación en las amistades particulares, en el descubrimiento de la música, de los libros, del amor homo y heterosexual, de la delación y la traición. De modo que, cuando, en medio de una sórdida intriga política y sexual en los años del peronismo triunfante, al joven le entregan un billete para zarpar en un barco rumbo a Europa, éste no duda un segundo en embarcarse.

LA NOSTALGIA DE LA CASA DE DIOS (BIANCIOTTI, HÉCTOR)
Dos casas que nunca fueron un hogar son los escenarios en que se recrea la memoria del protagonista, un pianista que ha alcanzado el éxito en escenarios de todo el mundo. Sus evocaciones de esos espacios ?una mansión en el campo, cerca de Lucerna, y un apartamento en París? le llevan, en primer lugar, a su padre, violonchelista que siempre supo que su hijo sería mejor músico que él y cuyos secretos y ausencias marcarán el final de la adolescencia del protagonista. Por los meandros de su memoria desfila también Lucienne, la niñera, a quien nunca quiso y que fue capaz de empuñar una pistola contra él, y la misteriosa Madame Detrez, quien encuentra en el pianista a un peculiar confidente. También es invocado su maestro, don Savine, amigo del escritor Alberto Savinio, que le condujo, por breve tiempo, por senderos que rozan la espiritualidad. Por último, la madre, que murió al darle a luz y cuya tumba, en Praga, constituye un punto estable de su geografía personal. Los amores de todos ellos, humanos o místicos, constituyen los peldaños de una trayectoria vital que desvela, nota a nota, acorde a acorde, las melodías de una vida entregada al arte, tal vez el único hogar.