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AVENTURAS DEL SOLDADO DESCONOCIDO CUBANO (PABLO DE LA TORRIENTE BRAU)

Aventuras del soldado desconocido cubano (1940) se inserta en la corriente literaria antibelicista posterior a la “gran guerra” (1914-1918). Frente a los discursos complacientes de estadistas y especuladores, olvidados del horror y del sufrimiento de las trincheras, durante las dos décadas siguientes irá apareciendo un cuerpo narrativo que pone al descubierto la verídica e íntima historia de los hombres que padecieron aquella carnicería. Desde el satírico relato de El buen soldado Svejk (1921) de J. Hasek, pasando por la crudeza de Sin novedad en el frente (1929) de E.M. Remarque, hasta el desgarrador Senderos de gloria (1935) de H. Cobb fueron muchos los autores que pusieron su pluma al servicio de la necesaria denuncia. En tal escenario no podía faltar la voz de un cubano. EE. UU. había declarado la guerra a Alemania el 6 de abril de 1917; la pequeña Cuba, dependiente entonces de la política norteamericana, en un gesto de excesiva lealtad, le siguió al día siguiente. Es a partir de este contexto que Pablo de la Torriente Brau escribe las aventuras de Hiliodomiro del Sol, un cubano de Santiago de Cuba, que se identifica como el Soldado Desconocido, muerto en las trincheras europeas y cuyos restos reposan en el cementerio de Arlington. Es el relato de un antihéroe, alguien perdido en el sinsentido de una guerra que no es la suya. Narrado con un humor que va de la sátira mordaz a la parodia más cruel, el autor conduce su relato hacia una interpretación de sorprendentes resonancias ideológicas. Lamentablemente, la conclusión del manuscrito quedó interrumpida por la temprana muerte del autor en Majadahonda.

PELEANDO CON LOS MILICIANOS (TORRIENTE BRAU, PABLO DE LA)
El periodista cubano Pablo de la Torriente Brau llegó a España cuando la Guerra civil transitaba por sus primeras semanas de fuego y muerte. Apenas tres meses más tarde caía luchando en Majadahonda. Ya para entonces era mucho más que un corresponsal extranjero. El cubano murió siendo el Comisario político del batallón mandado por Valentín González, “El Campesino”. Uno de los primeros jóvenes que viajaron desde América para luchar en el bando republicano, De la Torriente fue también de los primeros que se dejaron la sangre en las tierras de España. Miguel Hernández, Juan Ramón Jiménez y otros poetas españoles le rindieron tributo por ello. Las magníficas crónicas que envió desde el frente a New Masses (Nueva York) y El Machete (México), recogidas todas en este volumen, han sido consideradas por algunos como precursoras del Nuevo Periodismo.