Todos los cristianos estamos llamados a ser servidores de la misericordia en la Iglesia, que es la familia fundada por Jesús, para ser la memoria y visibilidad de su amor hacia toda la humanidad. Hemos sido tocados por el Señor y estamos llamados a compartir con todos esta misericordia: «Como yo he tenido compasión de ti» (Mt 1 8,33), La misericordia es la ternura materna de Dios, su fidelidad al pacto de amor, su. «amor eterno», porque «de su misericordia está llena toda la tierra» (Sal 33,5).