Las impresiones fotográficas recogidas durante un viaje tienen un indudable contenido personal, independientemente de la técnica y sus trucos. El fotógrafo en sus viajes debería tener unas mismas inquietudes, como la curiosidad por todo aquello que le rodea, reconocer y apreciar los diversos medios geográficos y disponer de la suficiente sensibilidad para percibir las escenas más insólitas o evocadoras. En esta obra, el aficionado encontrará toda la ayuda necesaria para manejar con acierto y soltura su cámara desde el mismo momento que inicia el viaje hasta que, llegado el día, decide confeccionar un álbum o presentación con sus mejores recuerdos fotográficos. Desde el equipo mínimo necesario o el uso adecuado de los filtros a la manera de enfocar temas recurrentes como el paisaje, la naturaleza, la fotografía monumental o las grandes panorámicas, descubrirá la manera de lograr imágenes vívidas, fotografías que realmente transmitan las sensaciones percibidas y que, una vez editadas y organizadas convenientemente, pasarán a engrosar un archivo personal lleno de posibilidades.