En su recorrido por la geografía española en búsqueda de máquinas antiguas de cine, Juan C. Jiménez encontró anécdotas sobre cómo se veía y se vivía el cine rural en las décadas de los 50, 60 y 70, y que hoy pueden parecernos auténticas barbaridades o despertarnos la carcajada. La experiencia del autor ?que dio su primera sesión de cine con tan solo ocho?años de edad?, así como su pasión por revelar historias inéditas, queda patente en las páginas de este singular?anecdotario que, lejos de hablar de actores, directores u otras personalidades famosas del cine, nos relata lo sucedido en los cines más humildes, aquellos a los?que despectivamente se les llamaba ?de pueblo?, pero que fueron el 80% de los?cines de España e indudablemente cumplieron su función social.?