Camila es una gata que describe la autora con tal cariño que más bien parece que esté hablando con un ser querido de la misma naturaleza humana. Si en este relato escrito con tanta emoción por Sacramento Jaraba no se hubiera interpuesto un serio problema que la autora denuncia con la mayor objetividad que le es posible, se convertiría en un entrañable recuerdo emocional, que es donde deben ir a parar las cosas grandes que nos han sucedido en la vida.