Este trabajo trata de los concejos hispanos entre los siglos XVI y XVIII, y se detiene en los tiempos difíciles, cuando había que gestionar de la mejor manera posible los múltiples problemas que sobrevenían a una entidad como el gobierno municipal, institución que tenía poder real sobre los habitantes de pueblos y ciudades. En él se abordan temas económicos (desde el casi obligado endeudamiento municipal a la persecución fraudulenta del contrabando, pasando por la política de abastos, las secuelas de la guerra en las arcas concejiles o los medios para controlar la peste), problemas políticos (como el enfrentamiento con el rey, decidido a controlar el gobierno urbano, o los derivados del cambio de titularidad en los concejos señoriales) y sociales (como la organización del trabajo en momentos de penuria, que curiosamente podía beneficiar a la mujer, o la deficiente supervisión de los matrimonios concertados para exprostitutas, con múltiples abusos por parte de maridos aprovechados).