Bizancio, heredero directo del imperio Romano de Oriente ya cristianizado, fue a lo largo de casi mil años uno de los grandes focos culturales de la Edad Media y su capital, Constantinopla, llegó a constituirse en la ciudad más importante del mundo. Sus manifestaciones artísticas fueron envidiadas y consiguientemente copiadas por otros, extendiéndose su influencia a un considerable ámbito geográfico. En este volumen se describen las claves y la evolución de este singular arte, combinando el texto con imágenes cuidadosamente seleccionadas.