1487. El reino de Granada, último bastión musulmán en la Península, está amenazado por las tropas de los Reyes Católicos. El sultán de Granada solicita ayuda al Gran Sultán turco, quién le envía solamente un hombre: Orbán, el herrero búlgaro, cuya sabiduría deberá ser suficiente para evitar que Granada caiga en manos cristianas.