Adela Jimeno, una antigua compañera de instituto de la detective Lola Andrade, acude a su despacho para pedirle que encuentre la llave de una caja fuerte inexpugnable en la que su pareja, Ramiro Mondéjar, le ha dejado algo desconocido pero muy valioso. El olfato de Lola hace que acepte un caso aparentemente sencillo que, sin embargo, le huele a chamusquina, empezando porque Ramiro ha fallecido en un extraño accidente doméstico. Lola comienza así a tirar de un hilo que la llevará a descubrir, de sorpresa en sorpresa, que en la vida (y la muerte) de Ramiro hay más de un misterio.