El mundo de hoy cambia incesantemente y pide que cambiemos con él. Nos exige el triunfo, la belleza, el reconocimiento social, el dinero... Si careces de ellos eres un fracasado, un marginal. Hay gente que no puede seguir ese ritmo de enloquecida competencia. Gente que se siente incómoda en el bullicio urbano, que aún valora la paz y los placeres sencillos, gente que está fuera del juego. Javi Cabrero es uno de ellos.