Francisco García Pavón es, sin duda, el pionero de la novela policíaca de calidad y Manuel González, Plinio, su protagonista, es el primer personaje plenamente español alejado de los trillados paradigmas de la novela negra anglosajona; García Pavón no adapta sino que crea un personaje complejo, completo, humano y que es jefe de la policía municipal de Tomelloso. Como lo serán más adelante el Carvalho de Manuel Vázquez Montalbán o el sargento Bevilacqua de Lorenzo Silva, Plinio es un personaje real, vivaz y que es mucho más que el mero investigador de un caso; es el centro a través del cual se explican muchas otras historias que, a menudo, se convierten en una segunda razón de ser de la obra. García Pavón conjuga en estas historias el humor, el retrato minucioso, el costumbrismo y la intriga con un estilo que roza la perfección.