¿QUÉ RECETA COCINAR?

INTRODUCE EL INGREDIENTE O INGREDIENTES EN LA CAJA DE BÚSQUEDA

CON SABOR A SANTIDAD (FIDALGO SÁNCHEZ JOSÉ ANTONIO)

La realidad religiosa de los patronazgos y de su supuesta intervención en los sucesos humanos fue un basamento firme para relacionar el nombre de un santo patrono con el de un alimento destinado no sólo a un bien comer sino también a un bien sanar. En el ánimo de las gentes no produce sentimientos idénticos el decir flan o tocinillo de cielo, dulces de calabaza o cabello de ángel, canutillos de mazapán o huesos de santo... Por otra parte, este efecto «tentador» se aumenta si al producto nutricio se le asocia un cierto poder medicinal. Tal es el caso, por ejemplo, de las rosquillas de San Blas, que se venden el día de su festividad (3 de febrero) y que, al sentir de sus fabricantes, propician la curación de las afecciones de garganta. El pueblo fiel suele identificar lo religioso con lo bueno, quizá con lo mejor, lo que es lo mismo con lo de máxima calidad. Por eso el poner nombre o apellido religioso a un producto, a un negocio, a un local... o hacer publicidad de los mismos bajo un prisma devoto, siempre resulta rentable. ¡Nuestra cocina tiene también sabor de santidad!